Todo cristiano puede ser profeta, como Dios prometió por boca del profeta Joel: "Entonces derramaré mi espíritu sobre todos los pueblos. Vuestros hijos profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones" (Joel 3, 1). La cuestión es hablar de Dios, pero desde la experiencia personal. Estos poemas que aquí presentamos quieren ser testimonio de esa posibilidad. Hablan desde la experiencia común de Dios, es decir desde la fe. Surgen de la cotidianidad de la existencia humana, porque también el Señor camina entre las ollas, como diría Santa Teresa. Estos poemas hablan en un lenguaje del Espíritu aprendido de otras personas. Porque aunque todos somos creados a imagen y semejanza de Dios, nadie habla naturalmente el lenguaje del Espíritu. En la comunidad de creyentes debemos aprender siempre de otros profetas que comparten este don de Dios. Por eso hemos titulado esta colección de poemas Lo que otros quieren.